jueves, 23 de julio de 2009

Estado...

Ella continuaba en ese estado, del cual ya parecía no salir.

Ahora, su confusión tenía dos destinos, dos nombres.
No sabía a quien corresponder; si al que la llamaba casi a diario y que con esa llamada hacía que su corazón saltara a tal punto de casi salirse de su pecho o al que le daba la necesidad de simplemente hacer feliz, aquel que despertaba en ella esa gran curiosiad, aquel que había aparecido en su vida aquella tarde de lluvia.

En aquellos dias, la confusión no la hacía infeliz.
Fantaseaba con ambos, se imaginaba en brazos de los dos, en situaciones que la hacían sonreir en los momentos más inesperados.

Se encontraba soñando despierta con labios que no eran tan suyos y dormida también lo hacía, solo que allí, las imágenes eran más vívidas, mas reales y cercanas y la dejaban todo el día pensando en ellas.

1 comentario:

Natalia Astuácas dijo...

Súperrrrrrrrrrrrrr, me encantó.

Un fuerte abrazo cariño, espero estés muy bien Kami, besos.